INSTITUCIÓN EDUCATIVA JOSÉ ANTONIO GALÁN DE PEREIRA RISARALDA

INSTITUCIÓN EDUCATIVA JOSÉ ANTONIO GALÁN DE PEREIRA RISARALDA

sábado, 31 de julio de 2010

SEMANA POR LA PAZ

LA PAZ COMPROMISO GALANISTA
El colegio celabrará del 2 al 6 de agosto una versión más de la semana por LA PAZ, la comunidad Galanista se vestirá de gala durante estos estos días y con diferentes actos demostrará que es con educación de calidad como se superan las barreras de la ignorancia y la pobreza." porque los pobres también tienen derecho a ingresar a la Universidad Pública"; se crea conciencia para transformar las mentes de cada uno sus estudiantes en entes generadores de paz, responsables de sus actos y con muchas más posibilidades de ser profesionales.
Exaltamos la labor que viene desempeñando desde hace más de quince años el señor rector JAIME BEDOYA quien se ha ganado el respeto y cariño de la comunidad del corregimiento de Tribunas, por su compromiso y dedicación en pro del colegio y la región, a él solo resta decirle que muchas gracias.
Este evento lo viene liderando desde años anteriores el profesor FELIPE encargado del área de sociales quien se ha destacado por su gran desempeño en esta materia; a quien tampoco podemos olvidar es al señor LEONARDO ya que hace unos aportes importantísimos para desarrollo de la actividad gracias a los dos y a todos los profes comprometidos con esta noble labor, recuerden la paz se inicia desde el interior de cada uno de nosotros.
¡ HAGAMOS LA PAZ Y NO LA GUERRA !
En la sede principal se realizarán diferentes actividades por los estudiantes en sus respectivas jornadas, lo invitamos a participar de este evento, que todos seamos portadores de paz, sintiendo respeto con sigo mismo, con la naturaleza y con nuestros semejantes.
QUE LA PAZ SEA CON USTEDES LES DESEA LA FAMILIA GALANISTA
Isa

martes, 13 de julio de 2010

ENCUENTRA PALABRAS RELACIONADAS CON EL BICENTENARIO (haz click en la sopa de letras para verla mejor



¿DE QUE PARTE DEL AFRICA PROVIENE LA RAZA NEGRA?



AFRODESCENDENCIA Y ESCLAVITUD


África es uno de los cinco continentes en los que están divididas las tierras del planeta. Situada al sur de Europa y al lado del Asia Menor, en su seno se desarrolló la raza negra, que proliferó en numerosos pueblos y se matizó con muchas culturas
La presencia de africanos se remonta a la conquista y tiene un proceso de aceleramiento a finales del siglo XVII y XVIII, cuando se les consideró necesarios para el desarrollo de las fronteras mineras y agrarias, ante la evidente crisis demográfica indígena
.
La gente africana que llegó a lo que hoy es Colombia provenía de vastos territorios del continente africano en calidad de esclavos. Los mandingas, yolofos y fulupos procedían de una región llamada el Sahel, donde el agua es escasa. Los branes, balantas y biáfaras, ararás y carabalíes eran oriundos del bosque tropical. Los monicongos, anzicos y angolas habitaban la selva ecuatorial congolesa. Todos estos pueblos trajeron consigo conocimientos antiguos acerca del bosque, del agua, de las especies vegetales, animales y minerales. Esos saberes fueron fundamentales en los procesos de adaptación que realizaron en todas las regiones del país a donde fueron conducidos: campamentos mineros situados en zonas selváticas, haciendas ganaderas y trapicheras de las sabanas del Caribe, casas en las ciudades y pueblos de las cordilleras. En cada uno de los oficios que les tocó desempeñar pusieron en práctica su creatividad, que nacía de los conocimientos heredados de la tradición y de la urgencia de resolver problemas inéditos en un mundo nuevo. El conocimiento de las plantas y animales de las selvas africanas permitió a los esclavizados en América apropiarse de manera rápida y eficaz de las posibilidades que la flora y la fauna americana les ofrecían para su sobrevivencia. Es importante insistir en que, si bien la gente africana procedía de zonas geográficas que guardan cierta similitud con aquellas a donde fueron destinados, como por ejemplo los bosques tropicales, éstas no son idénticas, por lo tanto fue necesario un largo proceso de reconocimiento y adaptación a los entornos americanos.

Los africanos van a recibir desde entonces un tratamiento especial signado por la discriminación y la desconfianza que se construyeron desde tres tipos de argumentos. El primero fue el racial, se les consideraba “negros” y por lo tanto inferiores a los blancos El segundo era ideológico, se les consideraba berberiscos o paganos, por provenir de zonas no controladas por los católicos por lo tanto peligrosos en cuestiones de fe, y El tercero fue de orden social y político, por provenir de las llanuras africanas existía en ellos una tendencia a la ociosidad y el libertinaje que iban contra el orden colonial. Todo esto llevó a que desde épocas muy tempranas las autoridades coloniales legislaran para establecer su forma de vinculación a la sociedad colonial, legislación que sentó las bases de rechazo social, de exclusión y de negación que, en muchos sentidos, persisten hasta hoy.
Lo anterior parece válido a pesar de que a finales del período colonial se presentaron diferentes movimientos sociales que no significaron un cuestionamiento profundo del orden social establecido durante los tres siglos de dominación española. Ellos no se caracterizaron por estar orientados a lograr la abolición de la esclavitud sino que, con muy contadas excepciones, se realizaron para cuestionar algunas medidas tomadas por diferentes autoridades coloniales que buscaron realizar alguna obra pública, racionalizar la administración colonial o lograr un mayor excedente económico de las colonias.
Esto no significa que algunos esclavos no mostraran un abierto rechazo a su condición social, lo que llevó a un proceso permanente y constante de demandas ante las autoridades que garantizaran el cumplimiento de alguna promesa incumplida de libertad, de un proceso de manumisión voluntario, el cambio de amo o demandas por maltrato. Todo llevó a que a finales del Siglo XVIII se legislara acerca de la forma en que los esclavos deberían ser tratados.


Veamos pues cual fue la herencia que nos vino del África:

1. Los pueblos no olvidan sus alimentos familiares. Al venir los negros a América trajeron los frutos a que estaban familiarizados: la patilla o sandia; el gombo que encontramos hoy en el departamento de Bolívar; el ñame y, posiblemente, varias especies de plátanos.

2. Asimismo los hombres se apegan a sus ritmos musicales. Cuando el negro se vio en América, y su padecer y el azote de sus amos le dieron tregua una de sus primeras aspiraciones debió ser la de reconstruir sus primitivos instrumentos musicales, un carrizo, una tambora, para modular con ellos una evocación de su patria perdida, y, al oírla, otros negros y negras debieron sentir el escalofrió de una alegría dormida en el recuerdo y saldrían al ruedo para revivir, a ocultas de sus opresores, su antigua y nueva danza, que es su manera de interpretar la alegría y la gracia, la belleza y el amor. Nació así la música Afroamericana.

3. Sin embargo la cualidad y dote más permanente de la raza negra habían de ser sus creencias religiosas y sus ritos, los cuales, a pesar de la esclavitud, tuvieron larga permanencia en tierras para ellos extrañas de América.

4. Entre los negros es notable el arte de los tejidos elaborados con hojas de palma. Es muy probable que muchas manifestaciones de esa habilidad y de esa gracia que presentan los objetos folklóricos americanos nos vengan del África.

5. La medicina negra, también el arte, envuelven en sí un elemento de terror mágico y sugestivo. El mismo se advierte en muchas de las prácticas médicas y en la personalidad de los curanderos populares en América y en los bailes hipnotizantes como el batuque.

6. Para el europeo, la muerte es tristeza fría y callada, para el indígena es fiesta y para el negro es alarde de sentimientos. También nuestros negros juntan a sus velorios todas las lamentaciones cargadas de dolor y cantan sus afras.

Como recuerdo africano podemos tomas también esa costumbre y habilidad con que las negras americanas llevan en la cabeza las ollas, los cantaros, a veces pesados, o también objetos ligeros, manteniendo el equilibrio y el ritmo de andar por senderos escabrosos y largos caminos.

Pero, sin duda, el aporte más considerable del negro a su nueva sociedad en América fue su cuerpo y sus dotes hereditarias, su pigmento y su piel, sus músculos y sus caderas, su pelo y su andar, su salud en los peores climas y su reciedumbre para trabajar en ellos.

Lo bueno y lo malo del África se debe aceptar como es y porque es parte de nuestra vida nacional. Porque a los negros se les debe culpar también la introducción de varias enfermedades en América tropical, una de las cuales, y no la menor, es la anemia tropical determinada por ciertos gusanos intestinales.

7. No es superfluo recordar, por último, la extraordinaria superioridad física del negro en los deportes ya sea como boxeadores, como futbolistas, beisbolistas, corredores y en casi todos los deportes de exigencia física.
Isa

LA MUJER EN LA COLONIA


EL PAPEL DE LA MUJER EN LA EPOCA DE LA COLONIA

Condiciones de vida en la colonia y estado en que se encontraban al iniciarse la vida republicana
La educación de las mujeres fue bastante rígida, pues incluso hasta en el comer se les restringía. S e les enseñaba a mortificar los sentidos para combatir la sensualidad, a comportarse como sordas, ciegas o mudas frente a la música que no fuera eclesiástica, o frente a conversaciones «no propias de su condición». El discurso que daban las madres a sus hijas indicaba que solo con la obediencia y el estricto seguimiento de sus consejos podrían llegar a ser mujeres virtuosas, aptas para el matrimonio.
La educación comprendía lo que era preparación para representar a la señora de su casa, esposa y madre, lo cual se denominaba «regir la casa», cargo que se le establece en el modelo oficial desde el canon de la Iglesia y del Estado, el cual visualiza una mujer consciente del papel que le ha sido asignado; si quiere ser aceptada socialmente se cuidará de representar los símbolos de la santidad y el honor: o es monja o es esposa; si quiere representar los símbolos del pecado y la malicia, será mujer de tratos camales no santificados: adúltera, amancebada, concubina, prostituta, mujer de los ámbitos públicos alejada del ambiente que por naturaleza le tocaba.
Estos modelos de mujer, permanecieron uno como modelo a seguir, el otro como estigmatización condenatoria moral y socialmente no solo de las mujeres también de su familia si aún estaban bajo su tutela, o de su esposo si ya estaba casada, o de los confesores, las prioras y las duras reglamentaciones de los conventos. Sin embargo fueron éstas últimas mujeres, las únicas que pudieron acceder a una cierta vida intelectual y de formación superior.
Nos referimos a que el proceso mismo de colonización del territorio, exploración e incorporación de fronteras, sometimiento de comunidades indígenas, lejanía de los yacimientos mineros, el lento proceso de “extirpación de “idolatrías” e infiltración de la iglesia católica en las mentalidades étnicas no occidentales, crearon una especie de “interregno” en que los hombres y autoridades no tenían mayor tiempo de reparar y “controlar” los roles que las mujeres estaban ejerciendo. Actividades que además se hacían necesarias en tanto que suplían el sostenimiento y mantenimiento tanto de las familias, como de núcleos poblacionales. Es así, como desde la temprana colonia, muchas mujeres pertenecientes a las llamadas “castas” o “libres de todos colores” de los valles interandinos y costeros, en las pequeñas o populosas villas y ciudades, o en los alejados poblados, pudieron dedicarse a la atención de pequeños negocios de chicherías, pastelerías, dulcerías, poseían asiento en los mercados de abasto, se dedicaron al servicio doméstico, al mazamorreo de oro, al trabajo en las mina, en sembradíos y en artesanías.
Encontramos indígenas de alto rango étnico dirigiendo encomiendas y cacicazgos, hallamos a blancas.


lunes, 12 de julio de 2010

ANÁLISIS DEL HIMNO NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA


El himno nacional fue escrito en 1887 por el
entonces presidente de Colombia Rafael Núñez para conmemorar
la "independencia absoluta" de Cartagena (Henao y Arrubla 626)
Y se compone de 1 coro, 11 estrofas y 44 versos. Estos son
algunos de sus versos:
Cesó la horrible Noche, - la libertad sublime […](I, 1)
'Independencia' grita - el mundo americano: (II, 5)
Se baña en sangre de héroes - la tierra de Colón.[…] (6)
Bolívar cruza el Ande - que riegan dos Océanos; (VI, 21)
Espadas cual centellas - fulguran en Junín. (22)
Centauros indomables - descienden á los llanos, (23)
Y empieza á presentirse - de la epopeya el fin. […] (24)
La patria así se forma - termopilas brotando; (IX, 33)
Constelación de cíclopes - su noche iluminó. […] (34)
Del hombre los derechos - Nariño predicando (XI, 41)
El alma de la lucha - profético enseñó. (42)
Ricaurte en San Mateo, - en átomos volando, (43)
'Deber antes que vida' - con llamas escribió. (44)
("Himno de Colombia." Enciclopedia Universal Ilustrada)
El análisis textual de este fragmento del Himno Nacional
de Colombia, revela que el poeta emplea ciertas imágenes
("centauros", cíclopes", "epopeya", "termopilas") provenientes
de la mitología, la épica y la historia griega para convertir
en héroes clásicos a Bolívar y a Ricaurte, cuyas empresas
militares son equiparadas con las hazañas épicas consignadas
en la Odisea y en los textos históricos de la Grecia antigua.
En los versos 33-34 y 43-44, el poeta compara la muerte de
Ricaurte durante la Batalla de San Mateo con la muerte de
Leonidas durante la batalla de las Termopilas (Grecia
continental 480 a. C.). Al vincular en el himno nacional la
cultura griega con la formación de la patria colombiana y la
épica europea con el período de la independencia, el
presidente-poeta Núñez no hace sino reforzar a través del
texto musical la ideología nacional oficial prevaleciente --
aún hoy, aunque en menos grado-- en el discurso
historiográfico de Colombia.
La última modalidad de la articulación de la ideología
nacional europea en el discurso oficial y popular de Colombia
identificada en este ensayo, es la transferencia de estilos
arquitectónicos de Europa a Colombia. De hecho, en el diseño y
en la construcción tanto de edificios administrativos
estatales (museos y bibliotecas nacionales), como de plazas y
avenidas de las ciudades colombianas de fines del siglo XIX,
se imitaron modelos de la arquitectura neoclásica europea y,
de ese modo, se confirió a los centros urbanos un matiz falso
de modernidad y de progreso. La ideología nacional
independentista (la idea de que la nación nace con la
Independencia) se manifestó también en los nombres de próceres
o de hechos relativos a la Independencia, dados a las plazas,
parques, estatuas de la capital y de las grandes ciudades:
Plaza de Bolívar, plaza de la República, plaza de Santander, y
en la erección de estatuas de los mencionados próceres
nacionales o Padres de la Patria.17
En resumen, las inclusiones y exclusiones hechas en el
discurso nacional oficial articulado en el escudo y la bandera
de Colombia, no fueron accidentales sino que son consecuencia
de la adhesión de los intelectuales republicanos al proyecto
ideológico nacional europeo que se implantó y difundió en
Colombia durante el siglo XIX y comienzos del XX. Dicho
proyecto ideológico se caracterizó, como espero haberlo
demostrado, en primer lugar, por sobreestimar la cultura
hispana y europea y subestimar la cultura indígena, al hacer
que la historia de Colombia se originara en los períodos de la
Conquista y de la Independencia y no en el período indígena
precolombino y, en segundo lugar, por imitar imperfectamente
los modelos culturales europeos, en especial el francés y el
alemán, en lo referente a la iconografía nacional y el
helénico, en lo relacionado a la invención del himno nacional.
El acto de comunicación social que ha desencadenado en
Colombia la emisión oficial y la recepción popular del mensaje
iconográfico nacionalista, se podría explicar, siguiendo al
historiador Eric Hobsbawm, del modo siguiente: "aunque en
numerosos países, la invención y la práctica oficial de
tradiciones políticas haya sido consciente y deliberada, por
haber sido realizada por instituciones que perseguían
propósitos políticos, tal invención consciente tuvo éxito
popular por haber sido transmitida en una onda a la que el
10
público se sintonizaba" (263-4). Análogamente, no hay que
olvidar que si es verdad que en Colombia, intelectuales y/o
políticos decimonónicos crearon deliberadamente la
iconografía nacional con el fin de implantar el nacionalismo
oficial, no es menos cierto que las ceremonias nacionales en
las que se celebraban a héroes militares y se desplegaban
emblemas nacionales, no hubieran podido movilizar a los
colombianos, si el mensaje publicitario nacionalista oficial
hubiera carecido de una positiva recepción popular.

F o r m a c i ó n d e l a i c o n o g r a f í a n a c i o n a l e n C o l o m b i a : u n a
l e c t u r a s e m i ó t i c o - s o c i a l
Nelson González Ortega
Umeå Universitet (Suecia)

lunes, 5 de julio de 2010

LOS PUEBLOS INDIGENAS HOY


LOS INDIGENAS 200 AÑOS DESPUES
A pesar de ser Colombia un estado proteccionista de los pueblos indígenas desde el punto de vista formal existe una distancia real que en muchos campos muestra contradicción.
La realidad de los pueblos indígenas es la realidad de los despojos y los abusos, la realidad del hambre y la miseria material, la del saqueo colonial y la explotación de las naciones nativas porque, después de la llegada de Cristobal Colón a América se deben sumar 200 años de desigualdad, aislamiento y marginamiento por parte del estado, las autoridades, los grupos armados y la sociedad que día a día observa de manera indiferente y solo siente lastima de las comunidades indígenas que deambulan por las calles con sus artesanías a la espalda en la mendicidad, a la merced de los buenos ciudadanos, engrosando las filas de los grupos al margen de la ley, o viviendo hacinados en condiciones infrahumanas en sus territorios sin servicios públicos, educación y salud.
Que este bicentenario nos sirva para que el estado replantee las leyes que rigen los pueblos indígenas en Colombia en el mejoramiento de sus posibilidades y capacidades, la calidad de vida, la recuperación de sus territorios, el respeto y la conservación de su legado cultural en condiciones óptimas de salubridad y educación dando cumplimiento a la constitución Política art. 7 "principio de la diversidad étnica y cultural".