El himno nacional fue escrito en 1887 por el
entonces presidente de Colombia Rafael Núñez para conmemorar
la "independencia absoluta" de Cartagena (Henao y Arrubla 626)
Y se compone de 1 coro, 11 estrofas y 44 versos. Estos son
algunos de sus versos:
Cesó la horrible Noche, - la libertad sublime […](I, 1)
'Independencia' grita - el mundo americano: (II, 5)
Se baña en sangre de héroes - la tierra de Colón.[…] (6)
Bolívar cruza el Ande - que riegan dos Océanos; (VI, 21)
Espadas cual centellas - fulguran en Junín. (22)
Centauros indomables - descienden á los llanos, (23)
Y empieza á presentirse - de la epopeya el fin. […] (24)
La patria así se forma - termopilas brotando; (IX, 33)
Constelación de cíclopes - su noche iluminó. […] (34)
Del hombre los derechos - Nariño predicando (XI, 41)
El alma de la lucha - profético enseñó. (42)
Ricaurte en San Mateo, - en átomos volando, (43)
'Deber antes que vida' - con llamas escribió. (44)
("Himno de Colombia." Enciclopedia Universal Ilustrada)
El análisis textual de este fragmento del Himno Nacional
de Colombia, revela que el poeta emplea ciertas imágenes
("centauros", cíclopes", "epopeya", "termopilas") provenientes
de la mitología, la épica y la historia griega para convertir
en héroes clásicos a Bolívar y a Ricaurte, cuyas empresas
militares son equiparadas con las hazañas épicas consignadas
en la Odisea y en los textos históricos de la Grecia antigua.
En los versos 33-34 y 43-44, el poeta compara la muerte de
Ricaurte durante la Batalla de San Mateo con la muerte de
Leonidas durante la batalla de las Termopilas (Grecia
continental 480 a. C.). Al vincular en el himno nacional la
cultura griega con la formación de la patria colombiana y la
épica europea con el período de la independencia, el
presidente-poeta Núñez no hace sino reforzar a través del
texto musical la ideología nacional oficial prevaleciente --
aún hoy, aunque en menos grado-- en el discurso
historiográfico de Colombia.
La última modalidad de la articulación de la ideología
nacional europea en el discurso oficial y popular de Colombia
identificada en este ensayo, es la transferencia de estilos
arquitectónicos de Europa a Colombia. De hecho, en el diseño y
en la construcción tanto de edificios administrativos
estatales (museos y bibliotecas nacionales), como de plazas y
avenidas de las ciudades colombianas de fines del siglo XIX,
se imitaron modelos de la arquitectura neoclásica europea y,
de ese modo, se confirió a los centros urbanos un matiz falso
de modernidad y de progreso. La ideología nacional
independentista (la idea de que la nación nace con la
Independencia) se manifestó también en los nombres de próceres
o de hechos relativos a la Independencia, dados a las plazas,
parques, estatuas de la capital y de las grandes ciudades:
Plaza de Bolívar, plaza de la República, plaza de Santander, y
en la erección de estatuas de los mencionados próceres
nacionales o Padres de la Patria.17
En resumen, las inclusiones y exclusiones hechas en el
discurso nacional oficial articulado en el escudo y la bandera
de Colombia, no fueron accidentales sino que son consecuencia
de la adhesión de los intelectuales republicanos al proyecto
ideológico nacional europeo que se implantó y difundió en
Colombia durante el siglo XIX y comienzos del XX. Dicho
proyecto ideológico se caracterizó, como espero haberlo
demostrado, en primer lugar, por sobreestimar la cultura
hispana y europea y subestimar la cultura indígena, al hacer
que la historia de Colombia se originara en los períodos de la
Conquista y de la Independencia y no en el período indígena
precolombino y, en segundo lugar, por imitar imperfectamente
los modelos culturales europeos, en especial el francés y el
alemán, en lo referente a la iconografía nacional y el
helénico, en lo relacionado a la invención del himno nacional.
El acto de comunicación social que ha desencadenado en
Colombia la emisión oficial y la recepción popular del mensaje
iconográfico nacionalista, se podría explicar, siguiendo al
historiador Eric Hobsbawm, del modo siguiente: "aunque en
numerosos países, la invención y la práctica oficial de
tradiciones políticas haya sido consciente y deliberada, por
haber sido realizada por instituciones que perseguían
propósitos políticos, tal invención consciente tuvo éxito
popular por haber sido transmitida en una onda a la que el
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público se sintonizaba" (263-4). Análogamente, no hay que
olvidar que si es verdad que en Colombia, intelectuales y/o
políticos decimonónicos crearon deliberadamente la
iconografía nacional con el fin de implantar el nacionalismo
oficial, no es menos cierto que las ceremonias nacionales en
las que se celebraban a héroes militares y se desplegaban
emblemas nacionales, no hubieran podido movilizar a los
colombianos, si el mensaje publicitario nacionalista oficial
hubiera carecido de una positiva recepción popular.
F o r m a c i ó n d e l a i c o n o g r a f í a n a c i o n a l e n C o l o m b i a : u n a
l e c t u r a s e m i ó t i c o - s o c i a l
Nelson González Ortega
Umeå Universitet (Suecia)
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